2023-01-19
Hoy por hoy, el término “utilidades” es sin lugar a dudas uno de los más conocidos y empleados en el mundo corporativo. Incluso, aquellos que no pertenecen puntualmente al gremio empresarial, de igual manera, suelen utilizar este concepto para referirse a las ganancias que obtienen por determinadas actividades. No obstante, ¿se ha preguntado si está usando esta palabra de manera apropiada? ¡Continúe leyendo! En esta nota le explicamos qué son las utilidades en economía y en qué ámbitos suele emplearse este término.
En general, este concepto es empleado para referirse al porcentaje de beneficios obtenido a raíz de la ejecución de una actividad. En contabilidad y economía empresarial, para conocer cuáles son las utilidades de una empresa, es necesario restar (a los dividendos obtenidos) los gastos en los que se debió incurrir para completar el proceso, como los costos de producción, gastos por transporte, pagos a proveedores, etc. Aunque en la actualidad, las organizaciones y las personas que realizan inversiones y demás, suelen utilizar ampliamente este término, algunos de ellos lo hacen de manera incorrecta, confundiendo “utilidad” con “rentabilidad”.
Tenga presente que “rentabilidad” tiene relación con la capacidad que tiene un producto o servicio para generar más ingresos que egresos; es decir, únicamente su habilidad para producir utilidades. De igual manera, la definición de la palabra “utilidad”, dependiendo del contexto, puede variar, ya que en economía, este término hace referencia a la capacidad de un bien o servicio para satisfacer las necesidades del consumidor. Para determinar este nivel de utilidad se emplea una herramienta analítica: la función de utilidad.
A pesar de que en el ámbito económico, el sentido de “utilidad” que le puede otorgar una persona a un bien o servicio es considerablemente subjetivo, este puede ser analizado por medio de la función de utilidad. La gráfica tiene como objetivo medir
cómo la utilidad va disminuyendo a medida que el usuario aumenta su consumo de ese producto o servicio. Cuando el consumidor supera el grado de satisfacción completo (utilidad total), se habla de que entró en punto de saturación.
Por ejemplo, si un individuo compra un helado y lo consume, pero no siente su necesidad satisfecha, es normal que opte por comprar otro helado. Terminado el segundo helado, el individuo por fin experimenta el completo grado de satisfacción (utilidad total); no obstante, toma la decisión de comprar un tercer helado. Mientras lo consume se da cuenta de que en realidad ya no quiere más, está lleno e incluso cansado del producto, hecho que evidencia que llegó al punto de saturación.
Ahora bien, esperamos que este artículo le haya ayudado a comprender un poco más acerca de este interesante concepto. ¡Siga manteniéndose actualizado y enriquezca su conocimiento y educación financiera suscribiéndose a nuestro blog!